Una embarcación de velero tiene como base para su impulsión al aparejo. Esta está compuesta por la arboladura, jarcias, velas, herrajes y cuerdas. Estas últimas tienen mayor importancia quizás que el resto ya que son responsables principalmente de sujetar, recoger y extender las velas, así como de otras funciones en la embarcación. Por lo tanto cuidar las cuerdas de los veleros es de alta prioridad.
Cuidado de las cuerdas
Una de las ventajas de trabajar con cuerdas en una embarcación de velero es que estas no corren mucho riesgo de ensuciarse como aquellas que se usan en el alpinismo. Resulta que en una cuerda el polvo y la tierra irán dañando las fibras poco a poco. Sin embargo en alta mar, otros factores pueden dañar las cuerdas. Estas van desde un mal enrollado, mal amarre (ya sea en los herrajes como de la propia embarcación en el muelle), hasta pisarlas entre ellas, sobre filos o con calzado muy pesado.
Inspección de las cuerdas
Periódicamente y sobre todo antes de hacerse a la mar se debe revisar el estado de las cuerdas principalmente el de pico y del vang. Es mejor reemplazar cualquier cuerda en caso que exista desgaste y no esperar a que se rompan en pleno mar. Revise sobre todo en las partes donde se amordazan que por lo general son las primeras zonas que se dañan.
Al revisar las cuerdas superficialmente usted puede encontrar tres problemas iniciales: desgaste, abrasión y fusión por fricción. Ante estos esté alerta ya que lo siguiente que sucederá es un daño en la funda de la cuerda. También debe revisar manualmente la cuerda y si nota secciones aplanadas o muy delgadas significará que el alma de la cuerda se ha dañado. En cualquiera de los casos es mejor hacer un cambio oportuno.
Las cuerdas de los veleros son componentes fundamentales que se deben cuidar y periódicamente revisar para un viaje en velero sin problemas.
Foto: flickr.com/photos/yeraydiaz/3431480750
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